Amo las energías creando y destruyendo. La semana pasada estaba intentando darle la clase a un Residente, que como la mayoría, huye despavorido frente a la Física. No se si pude transmitirle mi amor la Física. Amo a ese Universo de energías en eterno movimiento y conflicto. Les hablo a los Residentes del artefacto que se llama endurecimiento del rayo en tomografía computada con la analogía de las falanges romanas. Les converso de átomos radioactivos deshaciéndose de su energía innecesaria, como cuando hacemos la limpieza de la casa. Electrones robándose las órbitas vacías y cantando en su descenso por las cascadas energéticas. El odio que se tienen entre ellos (sus fuerzas repulsivas). Amo las imágenes que se forman y que permiten que yo haga mi trabajo en los cuerpos humanos.
El viernes conversaba con mi vecina jubilada y ella me preguntaba, si existe algo que se llame la Familia Funcional. Le dije que me parecía que no. Que existía una decisión consciente de permanecer unida a las propias convicciones, a una familia o una persona. Ella me comentaba que había sido hija única, y casi nunca vio a sus padres discutir. Ahora tiene un hijo cuarentón que adora el conflicto sin escapatorias. En cambio, nosotros éramos cinco hermanos y vivimos desde tener que comer muy rápido, porque alguien se comería nuestra comida, a que alguien usara nuestra ropa nueva, a que nuestros padres discutieran constantemente y no nos dejaran dormir. Admito que por años, me volví alérgica a los conflictos. Por años, hice todo lo posible para evitar las personas conflictivas, los puntos de vista contradictorios, las posiciones encontradas. Pero el conflicto es tan inherente a la condición humana como el día y la noche, el ying y el yang, lo femenino y lo masculino, lo positivo y lo negativo. El conflicto es lo que genera la electricidad en nuestras vidas.
Un amigo escribía hoy en su blog sobre la envidia y le prometí no robarle la idea. Cinco minutos antes estuve recordando a través del facebook de un colega, como se polarizó en mis colegas la energía en mi contra. Sí, me salí de la manada y como no era políticamente correcto envidiarme, fue mejor criticarme y aislarme. El martes discutí en la mañana con mi amigo de la infancia con el que trabajo sobre que se está comportando de la misma manera que me criticó hace un año, sólo para encontrarme que me llamó en la noche porque murió su madre.
Betty Ford de Hay House, tiene un libro que se llama El lado oscuro de los buscadores de la Luz, que explica muy bien este concepto Budista, llamado "Los Espejos". Cuando nos polarizamos hacia el amor, lo positivo, la alegría, hay partes energéticamente no evolucionadas que están reprimidas. Entonces, el Universo nos coloca al frente a una persona que “dramatiza” esa energía como si fuera un espejo. Si reaccionamos, se incrusta más en nuestro campo energético. Si dejamos que la energía se exprese sin reaccionar, entonces podremos ver ambas posturas desde un sitio equilibrado, desde el centro del ser y el conflicto se puede resolver.
Los Guerreros del Corazón de Danan Parry, expresa el mismo concepto. Parry escribe sobre dramatizar los conflictos desde ambos puntos de vista. Puedes escribirlos o puedes hablarlos enfrente de un espejo o sentándote en sillas diferentes. Betty Ford usa técnicas de hipnosis, o visualización creativa, imaginando y permitiendo que esa persona se exprese y luego la asimilas con amor. Te advierto que los guerreros del corazón nos volvemos expertos en conflictos. Pues solamente con el corazón abierto, puede equilibrarse la energía entre las partes. Y un conflicto que no se resuelve, regresa cada vez con mayor energía. Progresa desde pequeñas olas hasta un tsunami, hasta que la energía sea equilibrada de una vez por todas.
¿Pueden trabajarse los conflictos desde la terapia floral? Pues sí. Puedes trabajarlos con RESCUE, para estar más tranquilo o tranquila. Puedes usar Agrimonia, para que las partes reprimidas u ocultas salgan a flote. Puedes utilizar cualquier esencia que creas necesaria para trabajar lo que sientes. Esclerantus es una esencia imprescindible en los conflictos pues es la flor del equilibrio, de los puntos encontrados, de la indecisión. Es la esencia de ser o no ser, hacer o no hacer, partir o quedarse, el otro o el yo.
Pero lo más importante, es que utilices tu capacidad de observación. ¿Qué es lo que sientes? ¿Cómo se siente tu cuerpo? ¿Es la primera vez que sientes eso? ¿Qué expresa la otra persona que no quieres ver en ti? Agradece y bendice a esta persona por la enseñanza que te ha dado.
Amigos, he estado alejada un poco de este blog. Les pido disculpas a mis amigos y lectores. Decidí entrar una vez más a la Universidad a una nueva carrera y me ha costado un par de meses adaptarme. Podría ser la madre de algunos de mis compañeros. Esas trasnochadas de la Facultad ya las había olvidado. Entré en un antiguo conflicto, ser aceptada o rechazada por un grupo. Un conflicto que inició hace muchos años al practicar a la vez medicina alternativa y occidental. Ser extranjera o ser nacional. Comer carne o seguir mi interno vegetariano. Seguir mi camino o el de los demás. Me daba pánico, pero entré una vez más consciente al conflicto y poco a poco, mis compañeritos y yo estamos llegando a un equilibrio y simbiosis en las clases. Un corazón abierto y mucha tolerancia mutua. No hay nada que no pueda sanar un corazón abierto y estamos en este plano es para SENTIR, EXPERIMENTAR Y CREAR.
Ama tus conflictos, como el arco iris ama la tormenta porque que le permite existir. Siempre hay un arco iris, si permitimos que el sol brille. Y el sol, ese es tu ser.