domingo, 9 de agosto de 2009

ENCONTRARSE CON LAS EMOCIONES




Decidí escribir este blog, por lo menos una vez a la semana. Esta fue una semana tipo “montaña rusa” donde me enfrenté entre a otras cosas a la pregunta ¿Porqué escribo? ¿Qué es lo que quiero transmitir? Ayer conversando con una amiga, esta me decía en su tono terapéutico, el problema, “es que tienes que estar más en contacto con tus sentimientos”. Luego, a otra persona a la que le pregunté qué le parecía el blog me habló de varios temas que le gustaría que incluyese: soledad, meditación, amistad, el quejarse. De estas dos personas extraje algo importante y que he confrontado muchas veces con pacientes. El primer paso para hacer terapia floral es enfrentarse y asumir los emociones propias. Si estamos lo suficientemente evolucionados podríamos interactuar y tratar de mejorar las emociones de los que nos rodean (siempre que nos lo permitan). Sin embargo, si no sabemos como hacer este contacto, esto es imposible. Los emociones son el combustible con el que trabaja la terapia floral. Si no hay emociones detectables, no podemos realizara ningún tipo de trabajo.
Si vamos a Wikipedia, encontramos que las emociones son estados mentales y psicológicos asociados con una amplia gama de sentimientos, pensamientos y comportamientos. Son experiencias subjetivas ( recordar esto siempre…). Se asocian a menudo con la personalidad, temperamento, estado de ánimo y disposición de la persona. Se derivan de la palabra en latín, emovere, siendo e, variante de ex que significa “afuera” y movere que significa “mover “, entonces partimos del principio de “ sacar afuera”. Las emociones no fueron hechas para ser guardadas en la cajita de los recuerdos o en algún lugar oscuro de la mente. Siguiendo Wikipedia, hay emociones instintivas y cognoscitivas, básicas o complejas, algunas que duran segundos, mientras otras que duran años.
En una técnica de meditación que practico hace muchos, se me enseñó años a localizar los sentimientos en el cuerpo. Una manera sencilla podría ser sentarnos algunos minutos y concentrarnos en la respiración, poner nuestra conciencia y atención completa en la entrada y salida del aire mientras rastreamos sensaciones corporales: picazón, dolor, entumecimiento, cambios en la respiración, contracciones musculares. En un nivel posterior, seríamos capaces de relacionar estas sensaciones corporales con sentimientos: amor, odio, miedo, valor, etc… y con los pensamientos que cruzan nuestra mente en estos momentos: recuerdos, proyecciones al futuro. Si somos capaces de detectar nuestros patrones repetitivos de comportamiento sobre estas sensaciones, sentimientos y pensamientos, habremos avanzado lo suficiente. Pero muchas veces queremos obviar el primer paso y no habitar en el cuerpo. De allí tenemos a Alexander Lowen y sus libros de Bioenergética, donde escribe sobre los bloqueos corporales y la energía que habita el cuerpo. Hay descripciones interesantes sobre cómo diagnosticaba enfermedades mentales solamente estudiando la postura del paciente. Independientemente que nos demos cuenta o no, la mente hace las conexiones hacia el cuerpo, y establece vías de comunicación mente-cuerpo que en ocasiones se hacen permanentes o fundamentan enfermedades físicas. Intelectualizar o conversar ( entiéndase quejarse en muchas ocasiones, más que analizar) sobre un sentimiento no necesariamente lo elimina del patrón energético fisco del cuerpo. En este sentido la hipnosis es más profunda, porque por medio de imágenes y metáforas, entramos contacto con los sentimientos y el cuerpo a un nivel más profundo. Muchas veces, evaluando dibujos o sueños de mis pacientes, encontramos sentimientos escondidos, o enfermedades que el cuerpo está tratando de comunicar pero que estamos reprimiendo. La terapia floral trabaja sobre estos sentimientos a nivel energético, aún si no estamos en capacidad actual de mapear estos patrones mente- cuerpo. Los sueños son indicadores de cuando el patrón energético ha “hecho contacto” con la estructura energética del soñador.

En un segundo nivel, te pregunto: ¿Porqué muchos de nosotros no gustamos de la soledad profunda y preferimos como mínimo frente al aislamiento, tener una televisión, el Internet o un radio encendidos? Porque la soledad aísla a la mente y su contenido. En estados de meditación profunda, comprendemos que hay un río subterráneo, a veces casi inconsciente que habla constantemente. Los meditadores le llaman el “monito saltarín de la mente”. Hay un parloteo, casi siempre negativo, que te dice constantemente, cosas como “No puedes” ( Elm), “Tu cuerpo es imperfecto” ( Crab Apple), “ Soy culpable de…” (Pine) y así podríamos continuar con las 38 esencias. Hay terapistas que indican que este parloteo viene de la temprana infancia y que no somos culpables en gran parte de ello. Si eres capaz de concentrar tu mente en un rosario, una vela, un atardecer, podrías encontrarte con este parloteo. Déjalo pasar, como si fueran nubarrones. Tú concéntrate en lo que estás. Usa tu afirmación como si fuera un mantra que repites y repites. Enfócate en tu mantra positivo solamente. Enfócate en el presente. Si estás lavando la ropa, este es tu presente. Siente el agua que salpica tus manos. Siente los sonidos de la ropa en el agua. El olor al jabón. Si estás simplemente respirando este es tu presente. Si estás masticando un plato de comida, este es tu presente. Si estás disfrutando de un orgasmo, este es tu presente. Porque el Universo solamente puede encontrarse en un perenne presente, no en el pasado que ya pasó, ni en el futuro que todavía no está escrito. Te recomiendo que leas al Maestro budista Thich Nhat Hanh: De la consciencia plena, a la contemplación interior.
Y por último revisemos los comportamientos. Esta parte es para mí la más compleja y depende del grado de auto observación. Digo auto observación, porque siempre estamos volcados hacia fuera, hacia la imagen, hacia el otro y es necesario primero trabajar con nosotros mismos, que es lo único que realmente podemos cambiar. Tengo un amigo que es gran jugador de póker. La base de su éxito está en ocultar sus verdaderos patrones y sentimientos bajo la máscara, mientras observa la de los otros jugadores. Cuando regresa a su casa, escribe en un libro cómo jugó, contra quien, cómo se sintió, cómo jugó el otro y trata de analizar los porqué. Hay cambios sutiles en la postura, respiración, movimientos corporales o pupilares que delatan al otro jugador. Casi siempre las personas tienden a repetir las mismas jugadas frente al mismo escenario. Así que cuando se enfrenta al jugador una segunda vez, casi siempre le gana. Es a esto que le llamamos patrones de conducta. En ocasiones se hacen automáticos, como que ante un semáforo rojo nos detenemos y avanzamos frente a uno verde. ¿Cómo podemos romper estos patrones? Algunos tienen tantos años, que es bastante difícil. En ocasiones, solamente podemos suavizarlos. Otros, están inscritos en nuestra personalidad básica. El Dr. Edward Bach, hablaba de la posición de la Luna, que regula las emociones, en la Carta Natal. La Luna incluye nuestros mecanismos de defensas más usuales. Por ejemplo, si a pesar de ser Tauro (que enfrenta) tienes la Luna en Sagitario, no te sientas mal que si al sentir una amenaza pongas tierra de por medio y ocultes tus verdaderos sentimientos . Hay un sitio en Internet: grupovenus.com, donde puedes obtener tu carta natal y tu Luna. Otro día escribiré sobre las Lunas y los sentimientos: Todos tenemos la existencia entera para trabajar sobre este aspecto, así que no hay apuro.
Hay científicos que localizan los sentimientos en el cerebro en un sitio llamado la amígdala. Esa área del cerebro tiene que ver con emociones y recuerdos. Y ayuda al sitio donde se regulan los patrones de conducta, la Corteza PreFrontal, otro sitio también sede de las emociones . Ahora bien, tú me dirás: “Está grabado en mi cerebro, no puedo hacer nada al respecto que sienta que no debo delegar a los demás. Ya lo he intentado antes y me estoy evitando nuevamente problemas”. Pues te cuento, que se piensa hoy día en que el cerebro se reconfigura, como si fuera un músculo. Nada es estático. Puedes y debes honrar tus sentimientos, tanto positivos como negativos para poder trabajarlos. Deberías más bien decirme: “Cada vez que tengo ganas de delegar, para tener más tiempo, me entra un vacío en el estómago, porque recuerdo la última vez que lo hice. Anita me dañó la presentación y yo tuve que pagar las consecuencias. Siempre he pensado, mejor sola que mal acompañada. Eso me hace recordar que tengo hambre. ” ¡ Eureka! Has tenido un encuentro cercano con tu cuerpo, tus sentimientos, tus pensamientos y tus patrones de conductas. Entonces podemos empezar a trabajar.
Te dejo una tarea: ¿ Cuáles emociones, crees tú, que debía enfrentar la paciente del dibujo? Había vivido varios años afuera, estaba embarazada, su madre padecía de cáncer, motivo por lo cual había regresado y provenía de una familia sumamente disfuncional. ¿ Cuál crees tú que fueron las esencias fundamentales que usamos?

1 comentario:

Dra. Edisa Pitti dijo...

Hola Leda, recién estoy visitando tu Blog, te felicito por esta excelente iniciativa!!
Un Abrazo
Edi